Un cuento muy breve: La increíble e imaginaria historia de la rana Jo 34.

Una vez estaba metido en un "hide", es decir, un escondite o puesto, para hacer fotografías de pajarillos, en una pequeña charca. Me llevó un gran fotógrafo de la naturaleza, amigo mío. Él no sabía que a mí me encantaban las ranas, de manera que, casi toda la mañana, estuve mirando  a esas preciosidades de anfibios, en lugar de captar con mi cámara a los gorriones, jilgueros, carboneros y demás aves. 

Mi sorpresa fue enorme cuando llegué a mi casa y vi, en la boca de una de las ranas, ¡unas manchas idénticas a letras y números de imprenta! ¿Era un sueño? ¿Me habían gastado una broma? ¿Estaba sufriendo algún tipo de alucinación?

Todas estas preguntas me las hice, después de mirar y requetemirar esas fotos. ¡Allí estaban esas letras y números! Era, la que empecé a llamar ¡la rana Jo 34!. 

Desde entonces, siempre que veo una rana, me fijo mucho para ver si lleva escrito algún mensaje oculto. Y, lo peor de todo es que esta historia no se la puedo contar a nadie, porque pensarían que estoy loco, !más loco que una cabra! ¡Una rana con letras y números en su piel!