Hola, buenos días, espero que todas y todos estéis muy bien. A los padres o madres que estén trabajando en Sanidad u otros servicios esenciales, ¡mil gracias por vuestro gran esfuerzo!
Os he puesto un nuevo trabajillo sobre un anfibio. Podéis hacerme un dibujo, tamaño postal, en un folio y escribir las características más importantes, de un anfibio de la provincia de Ciudad Real.
La calidad del vídeo no es nada buena pero, si lo hago con la cámara el vídeo "pesa" demasiado y no lo puedo subir.
La calidad del vídeo no es nada buena pero, si lo hago con la cámara el vídeo "pesa" demasiado y no lo puedo subir.
En la provincia de Ciudad Real tenemos:
-Salamandra común.
-Gallipato.
-Tritón ibérico.
-Tritón pigmeo.
-Sapo común.
-Sapo corredor.
-Sapo de espuelas.
-Sapillo pintojo.
-Sapillo moteado.
-Rana común.
-Ranita de san Antón.
El sapo común (Bufo bufo) es un anfibio anuro, es decir, que pierde la cola al crecer. Es, sin duda, un animal maldito. Se cree que pica, que escupe, que muerde,...pero es inofensivo. En mi pueblo natal, Villarrubia de los Ojos, se decía que si te escupía en el pelo te volvías "jaro", osea rubio. Lo cierto es que es inofensivo y muy beneficioso para los seres humanos, como el resto de los anfibios, por sus hábitos insectívoros.
Los ejemplares más grandes son las hembras. Por cierto, cantan muy bien.
La ranita de san Antón (Hyla arborea), es una rana trepadora, de pequeño a mediano tamaño. También es inofensiva. Su color es de un verde claro precioso, pero hay ejemplares más oscuros, de color marrón e incluso azul. Es fácil de confundir con una "prima hermana" suya.
El tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) es un anfibio urodelo, (es decir, tiene cola cuando es adulto). Es muy pequeño y los machos, en la época del celo, desarrollan una cresta dorsal (en la espalda, para entendernos) y bailan, literalmente,delante de la hembra. He leído que se orientan por la noche con las estrellas. Es inofensivo, comotodos nuestros anfibios.
El gallipato (Pleurodeles waltl) es un anfibio urodelo, es decir, que tiene cola cuando son mayores (en estado adulto). Es muy abundante y recibe varios nombres, como "salamandra", "pezperro" o "tiro de agua". Por muchas personas es considerado un animal muy peligroso, aunque es inofensivo para el ser humano.
Aguanta muy bien la contaminación y es capaz de regenerar algunas partes de su cuerpo, como los dedos o la mandíbula. Para defenderse traspasa su piel con sus costillas, que son muy muy finas, y si lo coges con fuerza, te pinchas.
Podríamos decir que es otro animal maldito.
Detalle de los puntos marrones dorsales de un gallipato (Pleurodeles waltl) levantados, por la presión de las costillas, ante una señal de peligro.
Detalle de un dedo de un gallipato (Pleurodeles waltl) que se está regenerando.
Ejemplar de gallipato (Pleurodeles waltl), en las manos de un joven.
El sapo de espuelas (Pelobates cultripes) es quizás el sapo más sorprendente de los que tenemos aquí. Como indica su nombre, tiene una especie de uña en cada pata trasera. Sin moverse del sitio, comienza a excavar con las patas y, en cuestión de segundos, se entierra.
De manera que, cuando llueve, por ejemplo, o cuando ya es de noche, puesto que es nocturno, sale de su escondite. Por eso, pienso, muchas personas hablan de las lluvias de sapos, porque ven llover y de golpe "aparecen" muchos sapos. En realidad, estaban enterrados.
Como se sabe, es totalmente inofensivo. En esta ocasión lo cogí para cruzarle una carretera. Después, como tienen algo de veneno en la piel, me tuve que lavar las manos. Este ejemplar es de Piedrabuena, Ciudad Real.
Detalle de la pata trasera de un sapo de espuelas (Pelobates cultripes) en la que se ve "la espuela", una especie de uña con la que excava y se esconde rápidamente.
Detalle de un sapo de espuelas (Pelobates cultripes), prácticamente enterrado.
Aguanta muy bien la contaminación y es capaz de regenerar algunas partes de su cuerpo, como los dedos o la mandíbula. Para defenderse traspasa su piel con sus costillas, que son muy muy finas, y si lo coges con fuerza, te pinchas.
Podríamos decir que es otro animal maldito.
Detalle de los puntos marrones dorsales de un gallipato (Pleurodeles waltl) levantados, por la presión de las costillas, ante una señal de peligro.
Detalle de un dedo de un gallipato (Pleurodeles waltl) que se está regenerando.
Ejemplar de gallipato (Pleurodeles waltl), en las manos de un joven.
El sapo de espuelas (Pelobates cultripes) es quizás el sapo más sorprendente de los que tenemos aquí. Como indica su nombre, tiene una especie de uña en cada pata trasera. Sin moverse del sitio, comienza a excavar con las patas y, en cuestión de segundos, se entierra.
De manera que, cuando llueve, por ejemplo, o cuando ya es de noche, puesto que es nocturno, sale de su escondite. Por eso, pienso, muchas personas hablan de las lluvias de sapos, porque ven llover y de golpe "aparecen" muchos sapos. En realidad, estaban enterrados.
Como se sabe, es totalmente inofensivo. En esta ocasión lo cogí para cruzarle una carretera. Después, como tienen algo de veneno en la piel, me tuve que lavar las manos. Este ejemplar es de Piedrabuena, Ciudad Real.
Detalle del ojo de un sapo de espuelas. Podemos ver la pupila vertical, que nos indica que es de hábitos nocturnos, y la membrana que protege el ojo y que actúa como un "limpiaparabrisas", por decirlo de alguna manera.
Detalle de la pata trasera de un sapo de espuelas (Pelobates cultripes) en la que se ve "la espuela", una especie de uña con la que excava y se esconde rápidamente.
Detalle de un sapo de espuelas (Pelobates cultripes), prácticamente enterrado.
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